jueves, 28 de abril de 2011

Recupera el amor....

Recuperar el amor por la lectura

¿A quién no le ha salvado la vida un libro?

Por Javier Hidalgo / Fotos

La tradición oral no es suficiente para adquirir y registrar todo el conocimiento necesario para el desarrollo del ser humano y de la sociedad que nos rodea.
En efecto, el desarrollo de la humanidad está ligado al proceso de adquisición de ese conocimiento que empieza en el seno materno. Por eso es tan importante inculcar la lectura desde la gestación.
Se habla de la sociedad del conocimiento y de la información, así como de su tecnología y su última revolución: Internet. Pero para el desarrollo personal no son suficientes los cuentos de nuestros antepasados, ni la tecnología audiovisual; también nuestra experiencia cognitiva y nuestra salud mental se enriquece con el hábito lector. La lectura y escritura son los más importantes aprendizajes en la vida del ser humano.
No estamos solos, la lectura debe estimularse como un hecho cotidiano y gratificante que además enriquece la existencia y proporciona placer, conocimiento y compañía.
En Costa Rica se cuenta con una red de 56 bibliotecas, de las cuales, 41 tiene espacio dedicado a los niños y niñas, 16 con rincón infantil dentro de la colección general, 23 con sala infantil, es decir con un espacio reservado y dos más con esto y ludoteca, donde además se puede aprender jugando. 
Aparte existe un bibliobús donado por la Unesco, que es una biblioteca móvil que lleva libros a diversas zonas del país, o a festivales como el Festival de las Artes, que organiza el Ministerio de Cultura. No es suficiente, pero es mejor que nada.
Para la licenciada Marlene Vargas Hernández, directora de las bibliotecas públicas de Costa Rica, a nivel personal y como madre, recomienda que “desde que tenemos los hijos en la pancita debemos leerles”.
El primer contacto activo que tendrá el bebé con la lectura será con los libros para bebés, los cuales al principio morderá y chupará con ansiedad, luego prestará atención a algunas de las palabras que usted le lea y que a él le llamará la atención por su sonido y entonación; así como a los dibujos que usted le mostrará de los libros, llamándole la atención las formas y colores. En esta etapa no relacionará las palabras con los significados, ni los dibujos con objetos de su entorno, pero es un buen comienzo.